Concierto de la Asociación La Bella Música en el Avenida
Por los caminos del romanticismo

Como viene siendo su costumbre en los últimos años, la Asociación La Bella Música cerró su ciclo en el teatro Avenida con un concierto sinfónico que tuvo en el podio a la fundadora y directora de la entidad, Patricia Pouchulu.

Estudiosa y progresista en el quehacer musical, Pouchulu viene dando muestras de empeño y superación en estos conciertos conclusivos de cada año de labor de la entidad. Y como otras veces, estuvo focalizado en el camino del romanticismo musical, habiendo elegido para esta oportunidad dos genios de la historia de la música, Beethoven y Tchaikovsky.

Del primero, con la orquesta de La Bella Música, conformada por unos sesenta instrumentistas, abordó el difícil y difundido concierto para piano y orquesta N° 5, en mi bemol mayor op. 73, conocido como "Emperador", dedicado por el compositor a su mecenas el archiduque Rodolfo de Austria, que fuera estrenado en 1811 en la famosa Gewandhaus de Leipzig.

Allí campea en sus tres movimientos ese hálito romántico y virtuosístico que el joven pianista porteño Nahuel Clerici supo exponer con buenos recursos técnicos y un manejo adecuado de la expresión, sobre todo en el largo "allegro" inicial, en tanto a partir del "adagio" y el rondó se perfiló alguna asincronía con la orquesta. Sus méritos y condiciones prometedoras quedaron reafirmados enseguida recreando -en dos agregados al programa- al compositor y pianista ruso Alexandre Scriabin.

Ahora bien, fue especialmente en la segunda parte del concierto donde lució la directora en una cabal interacción con la orquesta al ejecutar la Quinta Sinfonía de Piotr Ilich Tchaikovsky, un fresco sonoro donde se advierte el desafío al destino en los mutantes cambios de ánimo del afamado compositor ruso.

Aquí la versión exhibió enjundia y lirismo bien pergeñado, respondiendo con acierto y eficacia los diversos sectores instrumentales, y a manera de agradecimiento al público, agregó el Vals de las Flores de "Cascanueces" como para dejar sentado que Tchaikovsky era el protagonista elegido (y obligado) para este decimotercer concierto sinfónico anual de la entidad.

Néstor Echevarría

Artículo: cortesía diario La Prensa, 12/2014.