Esplendor Veneciano con grandes lucimientos

Bajo el título Esplendor Veneciano: Fusión de Artes, la Maestra Patricia Pouchulu presentó su habitual concierto anual que alcanzó un muy buen nivel de jerarquía artística, no sólo por el programa elegido sino también por la calidad de los intérpretes y su atinada dirección.

Máscaras y trajes típicos del Carnaval Veneciano recibían al público desde el escenario y luego participaron de todo el evento, junto con personajes de la commedia dell′arte, con vestuario de Sergio Pelacani, correcta puesta en escena de Lizzie Waisse y adecuada iluminación de Luis Pereiro y Alfredo Morelli. La danza, con coreografía de Margarita Fernández, se podría haber obviado, dado que distraía la atención en detrimento de la música.

Ya en el aspecto musical, la velada contó con un perfil temático, desarrollado por la Orquesta de Cuerdas La Bella Música, con Grace Medina como concertino, al que se le sumaron instrumentos tales como mandolina, archilaúd, tiorba, viola da gamba y clave, necesarios para afrontar el repertorio que integraba el programa. Todos sus ejecutantes realizaron una muy buena labor.

Integrada por obras de Vivaldi, Monteverdi, Gabrielli y Händel, la primera parte exhibió un nivel artístico de calidad, en las interpretaciones de los destacados solistas Rubén Albornoz en oboe y Gabriel La Rocca en fagot, en el Concierto de Antonio Vivaldi en Sol mayor RV 545. En tanto, el trompetista Fernando Ciancio hizo lo propio en la sonata de Domenico Gabrielli. También los cantantes Pablo Pollitzer, Mariana Rewerski, Víctor Torres y Carlos Ullán se lucieron en "Si dolce é il tormento" y "Canti amorosi", del 8° libro de madrigales. La parte concluyó con dos momentos de excepción: "Lascia ch′io pianga", de "Rinaldo", en óptima versión del contratenor Damián Ramírez y "La Stravaganza N° 2" de Vivaldi, con la magnífica interpretación del violinista Pablo Saraví.

Tras el intervalo, nuevamente todo el elenco mostró sus bondades. Se incorporaron Carlos Nozzi y Jorge Pérez Tedesco en el Concierto para dos violoncellos, cuerdas y cémbalo de Vivaldi. Uno de los momentos de mayor impacto fue cuando Soledad de la Rosa encaró la difícil aria "Armatae, face et anguibus", de "Juditha Triumphans". La soprano sorteó las numerosas dificultades que la obra plantea con musicalidad, precisión y técnica impecables y arrancó una ovación del público.

Para finalizar, una vez más, la brillante interpretación de "El Invierno", por Pablo Saraví, puso un broche de oro a la función. Ante los fuertes aplausos de un público entusiasmado, todo el elenco brindó fuera de programa, un fragmento del "Gloria" de Vivaldi.

Graciela Morgenstern