Buen inicio del ciclo de La Bella Música en el Brick Hotel

Con un interesante programa dedicado al compositor austríaco Wolfgang Amadeus Mozart dio comienzo la temporada del ciclo de conciertos Armonías de La Bella Música.

La velada comenzó con el Divertimento para cuerdas K138 (125c) en fa mayor, también conocida como la Sinfonía de Salzburgo No. 3. Esta obra temprana fue compuesta en 1772 cuando tenía apenas 16 años. Concebida originalmente como un cuarteto e instrumentado para dos violines, viola y basso (cello). Existen arreglos para varias combinaciones instrumentales brindándose en esta ocasión una para orquesta de cuerdas. Consiste de tres movimientos Allegro, Andante y Presto. Como su nombre implica, la pieza consiste de musica ‘alegre’, pensada más para el deleite auditivo que como expresión de diferentes tipos de emoción. Sin embargo la belleza de la composición sigue siendo evidente a más de 200 años de su composición.

Concluyó la primer parte con la conocida Pequeña Serenata Nocturna K425 en sol mayor. Fue escrita en 1787 al mismo tiempo que el compositor trabajaba sobre su ópera Don Giovanni. Al igual que el Divertimento K138, fue instrumentada para dos violines, viola y cello, con un contrabajo opcional que toca la misma parte que el cello. Consiste de cuatro movimientos – Allegro, Romanza andante, Menuetto Allegretto y Rondo Allegro. Originalmente la obra incorporaba un segundo minuet, pero éste ha sido perdido. Aunque no fue publicada hasta 1827, hoy en dia es una de las obras más populares y difundidas del compositor.

La segunda parte consistió en el Doble concierto para Flauta y Arpa, para cuerdas, oboes y cornos K299 en do mayor. Es uno de sólo dos verdaderos dobles conciertos de Mozart, siendo el otro el concierto para piano No. 10, y es la única obra de este compositor que está instrumentada para un arpa. Consta de tres movimientos, Allegro, Andantino y Rondo Allegro. Fue escrita a comisión mientras el compositor vivía en Paris, para el Duque de Guînes, que era un flautista talentoso, y para su hija, a la cual Mozart daba clases de música. Es muy probable que las dificultades de la obra estén adaptadas a las habilidades del duque y su hija. Tiene la forma de una sinfonía concertante, las cuales estaban de moda en Paris en esos tiempos. La parte del arpa parecería ser una adaptación de una partitura para piano al haber patrones de cinco y diez notas que no caen naturalmente bajo la digitación del arpista, ni tampoco hay grandes glissandi típicas de este instrumento. En algunos pasajes los solistas tocan con la orquesta, pero en otros forman un dúo mientras la orquesta descansa. La flauta y el arpa se alternan entre la melodía y el acompañamiento y en otros momentos crean pasajes en contrapunto.

La combinación de piezas bien conocidas con otras de escasa difusión en la sala de conciertos aportó un interés inusual al programa.

La Maestra Patricia Pouchulu eligió con acierto la orquesta y solistas que la acompañaron en esta velada. Pudieron impartir la sutileza y el brillo requerido por esta piezas de Mozart. Cabe destacar las muy buenas versiones de los solistas Tiziana Todorov en arpa y Hugo Regis en flauta. Ambos brindaron una precisa y sólida interpretación. La Maestra Pouchulu, con tiempos precisos y buen manejo del equilibrio sonoro, logró óptima sonoridad de la masa orquestal, consiguiendo que cada una de sus partes se destacara. Ante los calurosos aplausos del público, Todorov y Regis interpretaron el preludio del tercer acto de Carmen de Bizet.

Otro acierto que cabe mencionar es la elección de la sala del Brick Hotel. Aparte de su mayor capacidad, aproximadamente el doble de la sala que se usaba anteriormente, se observó una notable mejora de las cualidades acústicas y sonoras. El tiempo de reverberación es adecuado para una sala de este tamaño y se escucharon con nitidez y buen equilibrio todos los instrumentos, lo que contribuyó en buena medida al éxito de la función.

Andrés Hine